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Formaciones: cómo evitar que el aburrimiento mate tus resultados

“Te lanzas escaleras arriba, dispuesto a encontrar a tu prima.
-Ven conmigo –ordenas a Michael-. ¡Tenemos que hallar a Jane!
Los dos escudriñáis la casa, subís y bajáis escaleras, llamáis sin cesar a Jane.
Hay dos sitios que no habéis registrado: el desván y la torre.

> *Si subes al desván, pasa a la pág. 96.
> Si asciendes por la escalera de caracol hasta la torre, pasa a la pág. 95”.

¿Quién no recuerda los libros “Elige tu propia aventura” de los años 80-90? Dejaban a criterio de los lectores (niños-adolescentes de entonces) el final de la historia. Era la primera vez que se incorporaba la interactividad con el objetivo de fomentar el hábito lector en un target tendente a esquivar los libros, ayudando a incrementar los índices de lectura y a que se lograra una mejor experiencia.

En el ámbito de la formación en empresas hay un reto parecido. Con un entorno laboral inundado de ofertas de formación de lo más variadas, surge el problema de mantener a los empleados motivados y conseguir que la formación se traduzca en resultados.

Parece sencillo, ¿no? Hay que ofrecer alternativas de formación divertidas, apetecibles, amenas, flexibles... Ésas que cualquiera de nosotros estaríamos encantados de recibir o participar. Parece sencillo, y lo es.

El reto: diseñar formaciones que enganchen

Según algunos estudios, un trabajador suele dedicar entre un 5 y un 15% de su tiempo laboral al año en formarse. En función del sector y la empresa en los que desempeñe su trabajo, puede recibir formación relacionada con:

  • Procesos de onboarding (procesos internos, herramientas, cultura de empresa, etc.)
  • Temas de compliance, legal, riesgos laborales y otras formaciones obligatorias.
  • Formaciones técnicas (producto, software, mantenimiento, etc.)
  • Cursos de capacitación (ventas, finanzas, seguridad informática, soft skills, etc.)
  • Idiomas

Y esa misma persona, además, tiene que trabajar 😅

La formación es una parte ineludible del entorno profesional, demandada y muy valorada por el capital humano de una empresa, pero, ante este maremagnum de opciones que se acumulan, es poco realista esperar que los equipos atiendan al 100% en todas ellas, que interioricen de manera correcta lo que se les enseña y que posteriormente lo apliquen.

Si el objetivo es lograr un curso o una formación eficaz y que cumpla su propósito, hay que darle una vuelta al modelo tradicional, pensar en un formato atractivo que nos ayude a conseguir los resultados que buscamos.  

Hay que jugar.

Aplicar técnicas de juego a la formación revoluciona los resultados, porque facilita la interiorización de conocimientos de una forma natural y genera una experiencia positiva en el usuario que aumenta el recuerdo y la asimilación de contenidos. Piensa en la última formación que has recibido, ¿te gustó?, ¿te fue útil?, ¿la repetirías?

La formación bien planteada es una herramienta clave para la plantilla de cualquier empresa. Permite, entre otras cosas, potenciar sus capacidades innatas, mantenerse al día en su sector e incluso ganar nuevas habilidades. Hay que superar los cursos que ofrecen un documento en pdf y un cuestionario posterior; los que te obligan a ver un vídeo de 30 minutos para superar unas preguntas, o los que te tienen en una sala durante tres horas viendo diapositivas de PowerPoint.

La clave está en crear formaciones que los empleados estén deseando recibir.

Formaciones que todo empleado está deseando recibir: las claves

Puestos a quitarnos la chaqueta del traje para jugar, juguemos bien. Siempre hay espacio para el juego, es un método que funciona: el modelo gamificador dispara dos conceptos básicos: la motivación del alumno -el motor-, y el compromiso -la gasolina-.

Una formación exitosamente diferente debe cuidar al detalle estos elementos:

Narrativa y diseño

Una buen hilo conductor sirve para mantener a los participantes más atentos y participativos. No importa que hablemos de un nuevo producto, de mejorar un idioma o de aprender a manejar situaciones de crisis, ¡sumerjámosles en una aventura! Cualquier cosa puede transformarse en una buena historia, sólo hay que cambiar el enfoque, pensar la mejor narrativa y diseñar algo emocionante, divertido y que apetezca hacer.

Interactividad

Añadir el componente de juego a las formaciones elimina la monotonía de cualquier actividad repetitiva, como es el caso de la formación. Al contrario, al introducir la interactividad, la competitividad y la diversión, la formación pasa a ser una opción atractiva para el empleado, que interioriza esos conocimientos de una manera lúdica.

Los contenidos

El cerebro humano asimila mejor las informaciones breves y concisas, que además captan más fácilmente nuestra atención. Cualquier contenido formativo es susceptible de ser adaptado y de ofrecerse en pequeñas píldoras, desde un manual de producto a las últimas normativas del sector sanitario. Casi en cualquier circunstancia, los microcontenidos funcionan mejor que cantidades inabarcables de información.

El componente social

Utilizar elementos de social learning funciona. Está demostrado que es más efectivo obtener los conocimientos razonando y llegando a conclusiones por uno mismo. Si además se hace junto a compañeros, aprovechando sus conocimientos y capacidades, los rendimientos del aprendizaje aumentan de manera exponencial.

El formato

Desde una formación para miles de personas por todo el mundo en distintos husos horarios, hasta 20 compañeros formándose a la vez en la misma sala. Existen todo tipo de soluciones para mantenerles enganchados: un juego de mesa, una formación interactiva usando el LMS de la empresa, incluso realidad virtual o una app que permita competir remotamente a la vez que se imparten los contenidos… es cuestión de emplear el formato adecuado.

Transversalidad

Los perfiles laborales han cambiado mucho, y las plantillas multigeneracionales están a la orden del día. Hay que diseñar algo que enganche por igual al recién llegado y al que lleva 20 años en la empresa. El juego surge como elemento conector de los diferentes perfiles, características y generaciones, permitiendo a cada uno potenciar sus fortalezas y aprender de personas muy diversas para superar sus puntos débiles y ser fuertes como equipo.

Los resultados

Cualquier formación puede dar mucho más de sí que una simple transferencia de conocimentos: una formación puede servir como assement o para detectar gaps de conocimiento que sirvan para planificar futuras formaciones.

¿Por qué añadir engagement a tus formaciones?

Hay mucho margen de mejora en el campo de las formaciones de empresa, pero si el objetivo es convertirlas en algo atractivo para los participantes y que tengan un mayor impacto en el desempeño laboral, ya hay algunos pasos dados en la buena dirección.

Echa un vistazo a estos ejemplos.

Formación en remoto de grandes equipos

Cuando el reto es diseñar una formación en un nuevo producto para el canal de ventas mundial de una multinacional tecnológica, con miles de personas formándose a la vez en diferentes mercados, en remoto y durante varios meses, hay que sacar la artillería pesada

Dicho y hecho: usamos una App para conectar a todos los jugadores. Disfrazamos la formación de competición internacional por equipos, con un país ganador a nivel mundial. Los participantes debían consumir píldoras de contenido en sus móviles para poder responder correctamente y en el menor tiempo posible a los retos que otros participantes les iban lanzando. Así acumulaban puntos e iban haciendo méritos para ser seleccionados en el equipo nacional, y poder competir a nivel mundial.

¿El resultado? Miles de datos segmentados, los conocimientos sobre el producto más que asentados y la satisfacción por la competición a tope. ¡Adrenalina en estado puro!

Ver caso de éxito

Formación presencial durante el onboarding

El aburrimiento es el enemigo número 1 de toda formación, y si tu formación es la última de una larga serie, impartida a lo largo de varias semanas, y encima trata sobre temas, digamos, densos, parece misión imposible escapar de él.

O no.

La primera decisión fue fácil, ¡fuera pantallas! Después de tanto tiempo encerrados viendo slides de una ppt, nada mejor que coger un poco de aire, levantarse y jugar en equipo. ¿Que hay que aprender sobre 4 áreas de Quality & Compliance? Se crean 4 grupos de participantes quienes, junto al monitor-formador, deben superar una serie de preguntas tipo Trivial, razonando sus respuestas y confirmándolas a través de una tarjeta rasca. Respuesta a respuesta iban consiguiendo los famosos quesitos, quedando ganador quien antes llegara al centro del tablero gigante.  

Una formación que se repitió más de 5 años entre los distintos departamentos…💪🏻

Ver caso de éxito

Y ahora, emulando a los clásicos de “Elige tu propia aventura”, te toca a ti:

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